viernes, 25 de julio de 2008

DON QUIJOTE TRASNOCHÓ


Rosalba Iribarra


Don Quijote pernoctó
lejano de su ostentoso castillo
que el mismo alcalde del puerto
cubrió con terciopelo negro
La Luna le insinuó otro recuerdo
Inquiría el gran molino sedicioso
ahora cuadrado alto y oscuro
Extraño lo que vio en Bella Vista
¿Qué estilo de cortejar en dicha venta?
Los caballos se cuelgan de cordeles
que algún monstruo impugna
Hasta Rocinante está ataviado
de latones verdes y anaranjados
Brilla su mirada en la sombra
Se acercó al fogón vacío
pero ya no hay flamas
sino cueros gastados y escritos
madera pintada de almendra
Nada tiene sentido
Afeminados y obscuros
algunos piden monedas
otros relucen oxidadas estacas
¡Qué delgado está Sancho
qué obscura su gruesa manta!
Las doncellas se envuelven de añicos
mantillas rotas plétoras de sus señoras
se estampan la cara para asimilarse
y este hedor amoníaco que espanta
Allende está la pasadera alta
que se encumbra en arco desigual
no alcanza a visualizar su huella
¿A qué lugar del puerto de Valparaíso
a qué interior saltará?
¿O en qué hacienda de La Mancha
su estampa de lodo girará?
De pronto avecillas cantan como corneta
Atiende novedoso trino
Soplan voces de asnos heridos
Corren corren todos huyen
Carretas férreas que apresurado ruedan
mas allá de la venta y la alambrada
Gritos impertinencias y huevos
todo se escucha cual libre feria
(mercado de frutos despojados
sin hojas tronco ni tierra
algunos en urnas de palo
otros en redes de seda)
Raro casco lleva el guardiero
emula olla de género
Cinturón de hebilla dorada
amarra su cartera de fierro
¿Como cruza el camino?
¿Adónde lo lleva la plebe?
¿Cuál será su destino
el de Rocinante y su amigo?

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